El baile de la artista Tras el aplauso desconocido hubo silencio roto. -desencantada, ella sentía que-El mundo se había vuelto teatro; una tragedia de encuentros con extraños. –inmóvil, como de costumbre, observaba–En la sala no quedaba más que el aire condensado de los cuerpos vacíos;no quedaba más que el eco unísono de conversaciones triviales. En sus ojos azules crecían las raíces de un deseo por vivir sin el ansia de la espera Tenía la certeza de que había un viaje esperándola,entrelosrincones deaquellahabitación oscuraSintió al fin ese espasmo que la haría enloquecer,En efecto, sabía que no tenía la oportunidad de elegir tenía que estar lejos; Lejos;una cualidad el tiempo una obligación espacial un modo de habitar un mundo propio